Participó de la fundación del movimiento Nuevo Cancionero, que buscaba unir al pueblo a través del canto. Durante la dictadura militar, Mercedes se exilió en Europa y tocaba su música allí mientras sus discos estaban prohibidos en su país.

Hacia el final de la dictadura volvió a la Argentina y dio una serie de conciertos en el Teatro Ópera y uno multitudinario en el estadio de Ferrocarril Oeste, que fueron celebrados como un acto de resistencia contra los militares. Su larga carrera trascendió fronteras y obtuvo nuevas generaciones de admiradores.