María empezó a estudiar arte a finales de la década de 1920. Diego Rivera, el pintor que por entonces era director de la Escuela Central de Artes Plásticas, escribió el catálogo para su primera exposición en la Galería de Arte Moderno de México. Al año siguiente, María presentó su obra en Estados Unidos, lo que la convirtió en la primera pintora mexicana que triunfó fuera de su país.

María pintaba mujeres dolientes, anónimas y extrañas, ya que creía que las mujeres vivían en la opresión y que no tenían las mismas oportunidades que los hombres. En 1945 la contrataron para pintar un mural en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, pero jamás pudo comenzar la obra porque sus colegas hombres dijeron al gobierno que ella no estaba a la altura de la misión que se le había encomendado. El contrato de María fue cancelado y pocos años más tarde, se enfermó.