En el contexto de la dictadura que asoló a México entre finales del siglo XIX y principios del XX, Carmen y sus hermanos formaron un partido político y fundaron un periódico para hacer campaña en contra de la reelección del dictador. Sin embargo, este último ganó y, ante esta situación, Carmen se juntó con otras mujeres para comprar armas y preparar el terreno para hacer una revolución. El machismo de México les jugaba a favor: la Policía solo vigilaba a los hombres, porque creía que las mujeres eran inofensivas. La violencia reinante hizo que sus dos hermanos murieran y ella quede malherida, por lo cual la llevaron a un hospital y luego a presión. Enseguida la revolución triunfó y Carmen fue liberada. Posteriormente trabajó como enfermera para atender a las víctimas del conflicto. Cuando la paz volvió, dejó la política.