Comenzó en la actividad social de pequeña. Más tarde se unió a Cáritas, una organización no gubernamental ligada a la Iglesia Católica, que busca apoyar a la gente más empobrecida para que pueda vivir dignamente. En 2017 ganó el premio Mi Buen Vecino, galardón impulsado por la Municipalidad de Quito y las Naciones Unidas, por su proyecto que se dedica a recibir a los migrantes, darles de comer, escucharlos, y ayudarlos a conseguir un trabajo temporal hasta que consiguen un empleo estable. Gabriela es coordinadora de la Pastoral Social Cáritas de Cotocollao y se ocupa de varios proyectos de ayuda a refugiados. Sabe que en estos casos escuchar es fundamental.